Dra. Paulina Pizarro Ogalde
Pediatra Universidad de Chile
Residente especialidad derivada Ginecología pediátrica y de la adolescencia CEMERA, U de Chile
Lee KMN, Junkins EJ, Luo C, Fatima UA, Cox ML, Clancy KBH. Investigating trends in those who experience menstrual bleeding changes after SARS-CoV-2 vaccination. Sci Adv. 2022 Jul 15;8(28):eabm7201. doi: 10.1126/sciadv.abm7201. Epub 2022 Jul 15. PMID: 35857495; PMCID: PMC9286513..
A principios del 2021, las personas que menstrúan y las que habían menstruado previamente, comenzaron a compartir que experimentaron un sangrado inesperado después de que se les administrara una dosis de la vacuna contra el SARS-COV 2. Los protocolos de ensayos de vacunas, generalmente no monitorean eventos adversos importantes más allá de 7 días, y en el seguimiento adicional, no incluyen preguntas sobre los ciclos menstruales o el sangrado. Por lo tanto, los fabricantes no tenían forma de abordar hasta qué punto esta observación era una coincidencia o un posible efecto secundario de las vacunas.
Existen múltiples mecanismos biológicos plausibles para explicar una relación entre un desafío inmunitario agudo, como lo es una vacuna, y sus correspondientes efectos sistémicos sobre la hemostasia, inflamación y mecanismos de reparación menstrual del útero. Los factores estresantes influyen en el ciclo menstrual y la menstruación, y esto se ha establecido a lo largo de 40 años de investigación sobre el ciclo.
Los estudios que evalúan el efecto directo de la vacunación en el ciclo menstrual son pocos y distantes entre sí. Un estudio de 1913 identificó que la vacuna contra la fiebre tifoidea estaba asociada con irregularidades menstruales, que incluían menstruación tardía, temprana y ausencia de menstruación, así como sangrado abundante en más de la mitad de su muestra femenina. Los estudios de hepatitis B también han indicado que la menstruación podría verse alterada. La velocidad y la cobertura de la actual campaña de vacunación contra el SARS-COV-2, pueden haber resaltado inadvertidamente un efecto secundario poco reconocido de las vacunas administradas en la edad adulta, que pone en evidencia que las respuestas inflamatorias sistémicas pueden afectar en algunos individuos, órganos diana como el útero.
Este estudio optó por un diseño observacional y retrospectivo. Se realizó una encuesta para identificar una amplia gama de respuestas de adultos que menstrúan actualmente y que habían previamente menstruado. La encuesta se lanzó el 7 de abril de 2021 y los datos de estos resultados preliminares se descargaron el 29 de junio de 2021. Inicialmente, la encuesta se anunció en Twitter para reclutar personas que actualmente o anteriormente menstruaban y habían sido vacunadas, pero rápidamente se propagó a través de múltiples plataformas de redes sociales. La cobertura de los medios del estudio incluyó enlaces a la encuesta y proporcionó un amplio reclutamiento de participantes.
Se abordaron las siguientes preguntas de investigación: ¿Cuál es el rango de cambios en el sangrado menstrual informado por las encuestadas que menstrúan regularmente después de recibir la vacuna contra el SARS-COV-2?, ¿En qué medida los encuestados que no están menstruando informan sangrado intermitente después de recibir la vacuna contra el SARS-COV-2?, ¿Existen tendencias entre aquellas con un patrón de sangrado modificado para ayudar a determinar los mecanismos que actúan sobre el útero?
Se encuestaron 39.129 personas, entre 18 y 80 años (mediana 33 años). Todos los participantes estaban completamente vacunados (al menos 14 días después de una o dos dosis requeridas) y no habían contraído COVID-19. Esta muestra incluyó a 35.572 (90,9%) encuestados que solo se identificaban como mujeres y 3.557 (9,1%) encuestados con diversidad de género; 32.983 (84,3%) que se identificaron únicamente como blancos y 6.146 (15,7 %) respondieron con diversidad racial; 31.134 (79,6 %) no hispanos o no latinos y 7.995 (20,4 %) hispanos, latinos u otros encuestados. Las personas que informaron tener ciclos menstruales irregulares o que estaban en la perimenopausia o en una etapa de menopausia incierta no se incluyeron en estos análisis.
Cambios menstruales informados en personas que menstrúan regularmente
En total, el 42,1 % notificó un flujo menstrual más intenso después de las vacunas, el 14,3% no informó un flujo menstrual más abundante (caracterizado por una combinación de flujo menstrual más ligero o sin cambios) y el 43,6 % no informó cambios en el flujo después de las vacunas.
Asociaciones con un flujo menstrual más intenso después de la vacuna
El aumento del sangrado se asoció significativamente con la edad, los efectos secundarios sistémicos de la vacuna (fiebre o fatiga), condición reproductiva previa (historia de menorragia, adenomiosis, síndrome de ovario poliquístico, fibromas o endometriosis) los antecedentes de embarazo o parto y el origen étnico (ser hispana, latina u otro).
Sangrado intermenstrual en encuestadas que no menstrúan
El 71 % de las personas que toman anticonceptivos reversibles de acción prolongada (LARC), el 39 % de las personas que toman hormonas de afirmación de género y el 66 % de las personas posmenopáusicas informaron sangrado intermenstrual. Se asoció significativamente con los efectos secundarios sistémicos de la vacuna (fiebre), condición reproductiva previa, los antecedentes de embarazo, uso de LARC y el origen étnico (ser hispana, latina u otro).
Asociaciones con sangrado intermenstrual en encuestadas posmenopáusicas
Se asoció significativamente con la edad (menor edad) y el origen étnico (ser hispana, latina u otro).
Esta es la primera caracterización de los cambios en el sangrado menstrual posteriores a la vacuna, de una muestra amplia, diversa de género, de personas pre y posmenopáusicas, que abarca un amplio rango de edad.
Este estudio es un aporte para comprender que los cambios en el patrón de sangrado menstrual ocurren con la vacuna, que estos son benignos y autolimitados. No está claro que afecten la fertilidad ni que tengan repercusión a largo plazo, por lo mismo, se debe evitar la realización de procedimientos invasivos innecesarios. A su vez, contribuye a proporcionar evidencia respecto a la validez de estas experiencias y abrir futuras vías de investigación sobre cambios hemostáticos e inflamatorios en el endometrio después de una respuesta inmunitaria aguda como lo es la vacuna contra el SARS-COV 2.