Factors Influencing Adolescent and Young Adults’ First Pelvic Examination Experiences: A Qualitative Study
Ava F. Bryan MD, Julie Chor MD, / J PediatrAdolescGynecol 32 (2019) 278-283
Dra. Paula Yarmuch Guzmán
Pediatra Ginecóloga Infato-Juvenil
Clínica BUPA Santiago
La forma en que las adolescentes y mujeres jóvenes experimentan su primer examen pélvico ha sido poco estudiada en la actualidad. Es esencial comprender cómo optimizar las experiencias de las pacientes con este examen, ya que si bien las experiencias positivas tienen el potencial de empoderar y educar, las experiencias negativas podrían disuadir a las adolescentes y mujeres jóvenes de buscar atención de salud reproductiva posterior.
Las pautas actuales del Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos (ACOG) recomiendan que las mujeres se realicen su primer examen pélvico a los 21 años de edad, momento en el cual deben realizarse pruebas de detección de cáncer cervical, independientemente de su actividad sexual. Antes de los 21 años, ACOG recomienda que las pacientes se realicen un examen pélvico sólo cuando esté médicamente indicado. Además se recomienda que las adolescentes tengan su primera consulta ginecológica entre los 13 y 15 años de edad. Esta primera visita se centra en establecer la relación médico- paciente y educar a las pacientes.
El objetivo del estudio fue comprender los factores que influyen en las experiencias de adolescentes durante su primer examen pélvico. Para esto se realizaron entrevistas semiestructuradas con adolescentes y jóvenes, de 18 a 24 años de edad, pertenecientes a la Universidad de Chicago que habían recibido al menos 1 examen pélvico. 30 participantes completaron las entrevistas. De estas 19 describieron su primera experiencia de examen pélvico como positiva; 11 describieron este examen como una experiencia negativa o neutral.
Dentro de los factores que influyen se encontró la indicación y urgencia del examen. 10 participantes tuvieron su primer examen pélvico por afecciones agudas, y 20 tuvieron su examen durante la atención de rutina. Las que tuvieron su primer examen por indicación aguda creyeron que su ansiedad por el examen fue menor que su ansiedad por su problema médico agudo; además fueron capaces de anticipar la necesidad de éste. Mientras que las que se les realizó durante una visita de rutina a veces fueron sorprendidas cuando su médico recomendó un examen pélvico.
Otro factor importante fue la relación previa con el profesional. Cuando ésta relación estaba presente, mejoró su comodidad y experiencia.Varias participantes con una experiencia negativa indicaron que no tener dicha relación fue un factor importante que contribuyó a ello y hubieran preferido una cita previa para establecer dicha relación.
Las recomendaciones de las participantes se centraron en los aspectos informativos e interpersonales del examen y no profundizaron en aspectos técnicos específicos del examen. Durante el procedimiento, las participantes recomendaban explicar la naturaleza del examen antes de pedirles que se desvistan, les expliquen cómo ponerse una bata y permitirle a algún amigo / familiar permanecer en la sala durante el examen. Subrayando la necesidad de una mayor capacitación en la comunicación con adolescentes y adultos jóvenes antes y durante el primer examen pélvico.
A pesar del tamaño muestral y sesgo de selección, este estudio genera sugerencias sobre cómo optimizar el primer examen pélvico, apoyando las recomendaciones de ACOG para realizar un examen pélvico solo cuando esté médicamente indicado antes de los 21 años.
Las recomendaciones incluyeron: (1) establecer una buena relación y educar antes del examen; (2) establecer prácticas para orientar a los pacientes; (3) no hacer suposiciones acerca de la identidad; y (4) obtener retroalimentación continua.
Conclusión: Las experiencias del primer examen pélvico están influenciadas por una variedad de factores. Aunque algunos factores son directamente modificables por los profesionales, otros factores que pueden no ser modificables son importantes para optimizar la experiencia del examen. Estos hallazgos requieren pautas de mejores prácticas e intervenciones educativas para preparar a los profesionales para realizar el primer examen pélvico.